Por: Ana Elena Contreras.
Este fue la presentación que se realizó en el Foro «Hacia la regulación de la Gestación Sustituta» y citaré textualmente mi presentación por considerar que termina de darle contexto a la presente ponencia:
Muchas gracias por la invitación, agradezco que voces disidentes y discordantes en esta mesa como la nuestra (de las feministas abolicionistas) puedan ser tomadas en consideración, invitaría también a que en los futuros foros que se realicen, nos sigan incluyendo, porque la voz que nosotras venimos a posicionar, es muy importante también. Nos hizo mucho ruido de entrada el nombre del Foro, porque nos da la impresión de que ya está todo preparado y que es más un ejercicio amistoso sin la intención de escucharnos en realidad.
Hay una línea muy delgada entre la reproducción asistida, las técnicas de reproducción humanas, y los vientres de alquiler, y cualquier pequeña ventana que puede abrirse y vulnerar tanto los derechos de las mujeres, como los de los niños es un tema que se debe debatir, estudiar y analizar con lupa.
Empezaré diciendo que
«Las Técnicas de Reproducción Asistida (TRA) para el tratamiento de la esterilidad se caracterizan por la aplicación de una serie procedimientos de manipulación controlada de gametos (óvulos y espermatozoides) y/o embriones en laboratorios altamente especializados, necesarios para llevar a cabo la inseminación intrauterina (IIU) y la fertilización in vitro (FIV).
Otras técnicas como la preservación de embriones congelados o vitrificados (criopreservación de embriones) y el diagnóstico genético preimplantacional, han surgido como consecuencia del desarrollo de la FIV.
La existencia de una esterilidad no siempre va a necesitar que las TRA sean la primera opción a tener en cuenta, pues existen ocasiones en las que su causa es un trastorno leve que puede ser solucionado con tratamientos más convencionales o con conductas basadas en potenciar la salud y los hábitos reproductivos. Si estas alternativas no consiguen el resultado esperado, es entonces cuando surge la alternativa útil de recurrir a las TRA.
En teoría, las TRA pueden resolver casi todos los problemas reproductivos, excepto la patología severa o la ausencia de útero ( o matriz ), mediante técnicas específicas de donación de gametos o embriones. No obstante, esto no quiere decir que todas las mujeres pueden ser tratadas con técnicas de reproducción asistida, o que todas las mujeres que son tratadas conseguirán un embarazo. En función de la edad, es posible que, en general, se tenga éxito en el 30-40 %«[1]
Sin embargo, la gestación subrogada no es una técnica de reproducción humana; en realidad es un procedimiento muy agresivo mediante el cual se somete a una mujer a un tratamiento de Reproducción asistida con el objeto de que geste un embrión genéticamente ajeno y traiga al mundo un bebé por encargo, sí por encargo, como cuando hacemos el súper y pedimos un kilo de jamón o un paquete de galletitas.
Cabe señalar que, aunque el óvulo fecundado sea genéticamente ajeno no significa que todo el cuerpo y la psique de la mujer embarazada no se vean involucrados y comprometidos en el proceso de gestación y con el feto que se desarrolla en su cuerpo. Los estudios en epigenética revelan además una relación biológica bidireccional entre el feto y la gestante -sea madre genética o no- que deja huella y perdura en ambos organismos mucho más allá del embarazo y el parto.
El procedimiento de vientre de alquiler, gestación subrogada o maternidad de alquiler es un asunto mucho más complicado de lo que la presión mediática, la promoción y defensa de algunos lobbies, e incluso la falsa idea de progresividad de los derechos nos quieren hacer creer, este asunto, está más bien ligados al negocio de la venta y esclavitud velada de los cuerpos de las mujeres, y lo más perverso, es que como siempre es de las mujeres más precarizadas, porque ninguna de las mujeres que hoy estamos aquí ni las que están en una curul por allá, son las mujeres a las que va dirigida iniciativas regulacionistas.
Es un asunto comercial, de demanda de quienes pueden pagar, de quienes pueden lucrar con ella y de quienes tienen una necesidad económica y se ven en la necesidad de vender su cuerpo. Es un “servicio” que se paga y que para el futuro no parece asumible por ningún sistema nacional de salud, por lo que se discute es una asunto de personas con privilegios y con la solvencia económica necesaria para pagar por ello, vamos es un trabajo legislativo para el sector privilegiado a costa de las cuerpas más pobres.
Y en esta narrativa neoliberal no nos cuentan dentro de sus argumentos las cuestiones relacionadas con la justicia y la desigualdad para sólo apelar a una falsa autonomía, al supuesto libre consentimiento sin analizar las cuestiones ligadas a las desigualdades de clase social, género o incluso de localización geográfica y geopolítica dado que la tendencia es que las parejas de los países desarrollados contraten los servicios, vía agencias mediadoras, de mujeres de los países empobrecidos como México.
Tenemos que establecer que un ejercicio pleno de la autonomía de las personas solo es posible desde condiciones de justicia e igualdad, cuando estas condiciones no existen, de lo que hablamos es de Explotación reproductiva de las mujeres, insistiendo: de las mujeres precarizadas.
Tenemos que dejar en claro que la industria del alquiler de vientres opera en países en desarrollo utilizando las mismas tácticas criminales que las redes de tráfico y trata de seres humanos. Estas tácticas incluyen la identificación y captación de mujeres en situación de vulnerabilidad social para que presten sus capacidades reproductivas.
A pesar que en México contamos con una Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia.
Y aún cuando establece en su artículo 4º, los cuatro principios rectores para el acceso de todas las mujeres a una vida libre de violencia, los cuales consisten en:
I. La igualdad jurídica entre la mujer y el hombre;
II. El respeto a la dignidad humana de las mujeres;
III. La no discriminación y
IV. La libertad de las mujeres.
Cuando las abolicionistas señalamos el marco jurídico, pareciera que son palabras que simplemente “no hacen match” o son obsoletas ante la nueva moda de priorizar los deseos de maternar o paternar de un pequeño sector que se cree que tiene derechos y que éstos supuestos derechos pueden pasar por encima de cualquier mujer de menor categoría que la suya.
La subrogación “altruista” no existe. No se puede denominar como “altruista” una práctica que exige la firma previa de un contrato, la renuncia a derechos fundamentales y que establece “compensaciones económicas”. La práctica del alquiler de vientres algo mezquino y egoísta que tiende a conformar un sistema de “criadas reproductivas” y convierte a los menores en objetos reproductivos de compraventa a la carta.
La legalización de los vientres de alquiler o gestación sustituta, abre las puertas a la explotación reproductiva de mujeres por parte de las élites de estos países, así como a las mafias internacionales del tráfico de órganos y de la explotación de niños y niñas.
La Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en inglés), denuncia que hasta el momento alrededor de 5.000 niños y niñas son gestados en México cada año para ser vendidos en el extranjero a través de agencias dedicadas a esta práctica. Aunque todo esto, sin hacer ruido pero con páginas en internet que abiertamente colocan sus “servicios” y que se promueven libremente en cualquier lugar del país.
La publicidad de algunas de las agencias que se dedican a intermediar en estos contratos utiliza también el atractivo turístico mexicano como reclamo: “Tienes la opción de llevar tu proceso de gestación subrogada en Cancún. Mientras inicias tu proceso puedes relajarte en este hermoso lugar con clima tropical”, esto es, haciendo turismo de vientres de alquiler, ya que Cancún se encuentra en Quintana Roo, donde no está regulada la maternidad subrogada.
Estos paquetes que ofrecen sol, playa y bebé pueden oscilar entre los 500.000 y los 700.000 pesos (de 25.000 a 35.000 dólares) a lo que hay que sumar los gastos sanitarios derivados del embarazo, el parto y el postparto, de acuerdo con Care Surrogacy Center Mexico. Pese a su elevado costo, este procedimiento en México sale por la mitad de lo que cuesta en Estados Unidos. Las mujeres suelen recibir entre 70.000 y 100.000 pesos (entre 3.500 y 5.000 dólares) por embarazo y el resto se lo quedan las empresas que cobran por los servicios. La CATWLAC señala que entre 2013 y 2015, el 95% de las personas que buscaban concebir bebés en México eran extranjeros.
Tan solo en 2018, la “industria” de la maternidad subrogada obtuvo ganancias por seis mil millones de dólares, y para 2025 se estima que podría aumentar a 27 mil millones de dólares, según investigadores de la materia.
Con lo anterior expuesto, dejo claro que cuando hablamos de vientres de alquiler, hablamos de dinero, negocios, catálogos de servicios, bebés por encargo, es decir, de una industria de la reproducción de seres humanos donde los derechos de las mujeres quedan de lado y donde no se considera una prioridad, también dejamos claro que a pesar de que se disfrace el discurso, estamos hablando de explotación reproductiva.
Las agencias de vientres de alquiler promueven abierta y cínicamente consumo acrítico, y el dinero libera al consumidor de cualquier responsabilidad ética sobre el proceso o circunstancias de la mujer gestante y sobre todos los derechos que le son arrebatados, tanto a ella como al bebé, eximiéndoles además de la responsabilidad sobre la cosificación que se ejerce sobre los cuerpos de las mujeres precarizadas o sobre el bebé, mismo que es garantizado en su resultado como si de un producto se tratara.
Nuria Gonzales señala (y coincido con ella) y cito textual “que se pueden considerar dichas prácticas como ejemplos de la institucionalización del uso de las mujeres como instrumento con utilidades diversas:
1. La dominación y el placer del hombre (prostitución, trata, explotación sexual infantil)
2. El dominio estricto sobre el cuerpo de la mujer (ablación, negación a la interrupción del embarazo esto es a decidir sobre su propio cuerpo, matrimonios forzados)
3. La reproducción según la voluntad de quienes pueden pagarla o forzarla (vientres de alquiler)”
Si aceptamos que las personas no son cosas, que aunque pareciera ridículo, tenemos que ponerlo en estos términos, entendemos lo más obvio, y es que las mujeres paren personas y no cosas, y que las personas NO SE VENDEN, NI SE DONAN.
Debemos hacer un alto y dejar de deshumanizarlo todo, las mujeres no somos incubadoras, no somos cosas, no somos tetas, nalgas y bocas para consumo, no somos cosas ni objetos, somos seres humanas con derechos.
Lo que sí se debería regular es Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, incluyendo en el como violencia reproductiva la gestión subrogada.
Regular la Ley General de Salud, para incluir lo que se entiende por gestación subrogada o vientre de alquiler, prohibiendo la disposición del cuerpo humano con el propósito de la gestación subrrogada.
Incluir a la Ley General Para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos En Materia de Trata de Personas y Para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos, para incluir dentro de su tipificación a la gestación subrogada e incluirlo también en cl Código Penal Federal.
Esa reglamentación sí estaría del lado de la protección de los derechos de las mujeres y las infancias e incluso se podría aprovechar a revisar el tema de las adopciones, si los sueños y deseos de vivir la maternidad o paternidad es muy fuerte, lo lógico sería voltear a ver las irregularidades en el sistema y empezar a buscar la forma de mejorar las condiciones para las infancias y para los que posiblemente quieran adoptar.
Ya casi para concluir, quiero decir 2 cosas:
- Quiero hacer una observación política en términos acordes a la mirada regulacionista (esto es, deshumanizadamente): como mujer de izquierda me indigna que en su momento se le haya abierto la puerta a empresas refresqueras y se les permitiera instalarse libremente para saquear el agua de nuestro país, que bajo la comparsa neoliberal de derecha, se le regalara a empresas mineras canadienses tierras para explotar, saquear el oro mexicano dejando a su paso una huella casi irreparable de contaminación, y me preocupa profundamente que ahora bajo la idea de que los deseos de un sector económico y a todas luces neoliberal sean más importantes que los derechos de las mujeres y las infancias, y mi pregunta es ¿también se permitirá que vengan extranjeros a explotar a las mujeres mexicanas más precarizadas bajo el cobijo de una falsa progresividad en un gobierno de izquierda?
- Quiero cerrar mi intervención dando lectura al
Artículo 4. De la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.
Solo para dejar una reflexión.
[1] https://embryocenter.es/que-son-tecnicas-reproduccion-asistida/
